domingo, 26 de diciembre de 2010

El valor de la Verdad

  La memoria de los hombres se disuelve… Cronos devora a sus hijos… el tiempo se desvanece. Restos inertes de piedras esparcidas nos recuerdan lo que otrora fueron grandes reinos y civilizaciones; estatuas de fríos ojos nos observan, impertérritas, mudas, sin desvelarnos sus más íntimos secretos; viejos papiros y pergaminos guardan celosamente su contenido… y sin embargo, desde el fondo de la historia, nos llega un canto de eternidad que ha atravesado los siglos, pues, ¿quién no ha oído hablar de Troya?
      La historia de la caída de Ilión (Troya), está recogida en lo que se llama el Ciclo Troyano, una serie de poemas épicos que narran la historia y las gestas de los héroes de la guerra de Troya y su regreso a casa. Estos poemas eran: Cipria, Aethiopis, la Ilíada, Iliupersis, Nostoi (poemas que cuentan la vuelta a casa de los héroes, entre los que destaca La Odisea) y La Telegonía. Sin embargo, salvo La Ilíada y La Odisea, los otros tan sólo se conocen por comentaristas y algún pequeño fragmento.
      De ahí la gran importancia de los poemas homéricos y de su autor, pues se constituye como el poema épico más antiguo de Europa. Estos poemas, durante mucho tiempo, no estuvieron escritos, eran cantados por unos personajes denominados  «aedos», que entonaban con voz vibrante y con rebosante memoria todos los versos. En la Antigüedad, el don de la palabra «verdadera» era una virtud propia de augures, bardos, sabios, sacerdotes y reyes. El Aedo -especie de bardo o poeta-rapsoda-, era considerado como maestro de aletheia, «maestro de la verdad». Y no se trata en este caso de la verdad objetiva, calculable, experimentable. La imagen que tenemos de la «verdad», difiere en algunos aspectos de la concepción antigua. Entre los iranios hay una palabra utilizada comúnmente como«verdad»: Rta, pero además significa «plegaria», algo que te vuelve a reintegrar en el todo, en el orden natural. En Egipto se veneraba a una diosa llamada Maat, que era el orden que se asienta en la verdad-justicia, y que en el hombre se manifiesta como rectitud. En la Antigüedad, la «Verdad» tenía que hacer mejor al hombre, recordarle su origen, recordarle la ley natural, su deber y cómo vivir de acuerdo a él.Todo lo que no fuese esto (real-verdadero-trascendente) no era verdad... La aletheia es una verdad filosófico-mística. Es más una invocación para traer al presente una realidad, un acontecimiento, que una poesía tal y como entendemos hoy este concepto.


Es notable cómo el valor de la Verdad fué cambiando y en la actualidad, se trata de presentar 'lo verosímil' como verdad, se intenta 'hacer creer' y 'se debe luchar por la verdad' pero no ya como valor inherente al humano, sino como forma de justicia y derecho.
La verdad es como una niña vampiro con dientecillos afilados y casi imperceptibles que se deja buscar, pero pocas veces, alcanzar...
Pasa desapercibida a los ojos distraídos, o suele ocultarse tras mantos y velos. 
Casi nunca se evidencia, se muestra tal cual es.
La Verdad se ha convertido hoy en una búsqueda incesante, casi una utopía.

2 comentarios:

  1. Un entrecruzamiento de situaciones subjetivas en muchos casos.

    ResponderEliminar
  2. Si consideramos que toda verdad es una construcción colectiva y provisoria, si...

    ResponderEliminar