domingo, 26 de abril de 2009

gente cursi, che



Yo puedo soportar a un idiota, a un lastimero o a un envidioso con total normalidad. Sin embargo, me resulta imposible ser amable o educada con los cursis. La gente cursi me saca todas las ganas de vivir. Me agrede con sus frases hechas, con sus rituales llenos de parentela cariñosa, con sus adornitos y tarjetas alusivas, con sus poemas dedicados a la madre, con su colección señaladores y muñequitos. Los odio, me dan arcadas; no puedo evitarlo. Cada vez que un padre cursi lleva a sus hijos vestidos en tiradores y moñito a una fiesta quiero morir. Si escucho "personita especial" o "estamos embarazados" cruzo los dedos para que llegue pronto el fin del mundo. La cursilería debiera ser reconocida como una patología, y los cursis

como buenos enfermos mentales que son deberían estar encerrados en una institución llena de guirnaldas, duendes de la buena onda y adornos de goma Eva.


*Extraído respetuosamente del blog La peleadora, la vida con un carácter de mierda, de Carolina. Gracias, Caro. Gracias, Delfina.

7 comentarios:

  1. Jaja, me ha divertido mucho el texto, y comprendo perfectamente el sentimiento ante las frases hechas o las cadenas de motivación, que es de lo peor.

    Ahora, yo haría una distinción entre cursis que en realidad son idiotas, y lo cursi que puede tener cierto encanto.

    Saludos.

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  2. Ups! A mi me gusta ser cursi jijiji
    Besines "maire mía" se le extraña!

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  3. Ains... jajaja mala metida de dedos. Me gusta ser cursi... no seré la hija de sus extrañas entrañas? ah? ah?

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  4. jajajaja.. Un beso "rosita" jajaja

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  5. Ah, no está mal ser cursi, pero hay gente que se esmera en serlo y no lo sabe...Mmmm ¿no son para arrojarlos del decimo piso de la cursilería mal hecha? jejeje

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  6. Ay, hija de mis patrañas, usted seguirá siendo hija mía pese a todo lo cursi que suele ser... su madre pacha. Un beso.

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  7. Mi estimado Asterión: lo cursi con encanto es todo un arte, no?

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