lunes, 19 de enero de 2009

De cómo algunos cambian de sensaciones

Había poblaciones que vivían la sensación de ser alados, pero no había espejo que les devuelva alguna imagen cercana a las aves, o a los delgados pegasos de Antares.
Cónsules, embajadores, Ministros y religiosos resolvieron en un cónclave, recoger el producto de sus propias destrucciones bélicas e intentar, mediante experimentos de alta tecnología, diseñarse alas a medida. Tal decisión fué bien vista por su Presidente, el que también ordenó enviados a las tierras en ruinas, a la búsqueda de material orgánico e inorgánico con los cuales hacerse de un par de alas.
Cuando las obtuvo, después de complacientes progresos de laboratorio, las alas le ocasionaron reacciones alérgicas a nivel respiratorio, circulatorio y mental: No logró pensar en estrategias de guerra como hasta ahora y cierto día al despertar, se encontró colgado de una morera, con un gusto a pólvora incrustado en el paladar. Al incorporarse, se vió enredado en una telaraña invisible y cerrada, que terminó asfixiándo sus afanes de gloria.
No obstante, lejos de desistir en sus própositos, inventó la estrategia de recordar el pasado de su 'raza destruída' para seguir justificándose... Las ideas no se cambian con un par de alas malogradas.

4 comentarios:

  1. has creado un mito, genial. otro beso

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  2. Gracias, pensaré como sigue esta historia... mmmm

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  3. Con lo facil que sería saberse agua, aire... para qué las alas si tenemos la habilidad de sabernos...

    Un abrazo
    MArian

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  4. Si, mi estimada Marian... ¿No será cuestiòn de un ejercicio de autopercepciòn, nada más?

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