La tierra no ha sido un sitio hospitalario para ninguno de los seres con membranas en la espalda. Por éso algunos mutaron fortaleciendo ambas alas con algas y piel de calamares. Tampoco les fué muy bien ya que al desplegarlas, sentían violentos tirones en sus pulmones y se les hacía dificultoso respirar: Fué un proceso lento e incierto, aprender el ejercicio de erguirse sobre sus dos plantas, iniciar un planeo terrrenal y esperar siglos de vida, hasta que los primeros brotes de libertad, inicien su feroz ejercicio de rotas cadenas, de tregua en la sangre, de ternureces bajo un cielo de fuego y astillas humanas.
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