Cuando falleció la
anciana madre,
se encontraron
esparcidos por toda una
habitación,
los objetos
que su ama de llaves
había declarado
desaparecidos...
Cuando murió ella, el ama de llaves,
la anciana madre sonrió ampliamente en su eternidad victoriana.
Y se liberó.
Alicia Benítez Inés.
(nanorelatos de ficción)
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