miércoles, 15 de diciembre de 2010

A una Poeta

Será necesario que pierdas la inocencia
en los baños públicos; muchacha.

Que mientras orinas en intervalos, escribas con lápiz labial en la puerta descascarada:

'A este corso a contramano me lo paso por el rabo'

Será menester de inmediato acudir a las grandes bibliotecas y en silencio, 

cráneo adentro,
maldecir y renunciar a la casta de 'Larborghinis'
que nos cagaron siesta
con sus declamaciones airadas de macho urbano...

Comprenderás que es necesario que te teman:
Que te detesten. 
El mundo pide glándulas mamarias y no es tu caso.

Que no te admiren,

no que te busquen en los anaqueles muertos,
que tu nombre no adorne los recordatorios sujetos con cinta bebé rosadita
sobre un mesa con mantel blanco de puntillas rococó.

Eso es un asco.
(Eso no es ser poeta, es ser repostera, hija mía)

No hagas manjar que no has de comer, 
y si escribes 'hierofante' 
te pondrás de rodillas en el pavimento mojado donde acabas de reflejar tu rostro magnífico atravesado de dulces cicatrices;

y olvidarás a Nicanor Parra, y a Fogwill

de la misma forma que te dormiste anteanoche sobre 'las ficciones' del ciego de Ginebra.

Y si algún muchachito ingenuo te llama 'poetisa' con las babas adornando la corbata, 
pues,
fusílalo al ano, como corresponde.

No derivas de nadie sino de vos misma.
Que lo sepan de una vez por todas...

Frag. de 'A una Poeta'.
Alicia Benítez Inés.-






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