jueves, 2 de abril de 2009

El ojo que mira


Hacía sus tareas con precisión. Jamás dejaba algo librado al azar,
Los libros despersos por todo el cuarto significaban el orden mental a que se sometía diariamente
La ropa colgando de los sillones representaba la prisa por llegar a todos los lugares en el tiempo programado.
Y cumplirá, porque el ojo que mira la enfocaba a toda hora, girando como un radar desde su agenda a los libros, de allí a su ropa; y desde los pisos nuevos hasta su mente llena de ojos que miran rotando las veinticuatro horas.
Sin descanso.
A.B.I.
EL JUEGO DE LA LOCURA PRODUCTIVA.
Pintura de Alejandra Salgado. (gracias)

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