lunes, 9 de febrero de 2009

Alados sonrían...

La tesis de la existencia de alas en los humanos fué suficientemente refutada por la ciencia médica y farmacéutica que hace años produjo unguentos para el dolor de alas, sin mayor provecho para los pacientes, y menos para sus arcas en crecimiento.
Entonces, los humanos aquejados de tales dolores, solían unirse con el sano propósito de reconfortarse mutuamente. Esta estrategia diò tales resultados que hasta los seres no alados, se unían por sus frentes, invitándose a volar juntos. Así caían en estado de arrobamiento del cual no salían mas que con sangrientos desgarros.

Para colmo de artificio, una 'Alada conversa' daba testimonios de haber desarrollado alas a partir de actos simples y baladíes, a los que la sociedad de consumo repudia abiertamente, a saber:
1. Sorbos de rocío del hocico de los perros labradores.
2. Lentas caminatas por la ribera de cuerpos de agua lentos al tiempo que se susurran versos de Lorca.
3. Festejar los días festivos y no festivos, intentando vuelos cortos al amanecer.
Y tantos otros artilugios inventados por este ser que lo único que logra es no 'tener los pies sobre la tierra'.
Ignoren tales posturas esotéricas y si sienten escozores en la espalda, miren al frente y sigan caminando como si nada...




NOTA: Si sienten que de pronto se afantasman desapareciendo o se ponen negros, o blancos, que es lo mismo, sonrían conmigo.

2 comentarios:

  1. Jajajaja, de acuerdo, sonreiremos juntas... ya decía yo que esa moléstia en la espalda era un tanto atípica...

    Un abrazo
    Marian

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  2. sisis, sonría y fínjase mortal, ser alada tiene sus bemoles. Un abrazo, mi querida Marian

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