Nihilis capturaba lágrimas en plena aparición.
Los centinelas lloraban a escondidas detrás de sus fusiles boquiabiertos.
Los corderos sollozaban sin un balido.
El lobo sorbía su llanto en el que diluía vitriol y luego se fingía envenenado para asustar a Nihilis.
La colombina con su pierrot reían hasta el descalabro y el escalofrío,y sus lágrimas detonaban el silencio produciendo un enorme revuelo de aguas recién nacidas:Así el mundo se llenó de llantos rientes o de risas llorantes y la gente se olvidó de clasificar sus emociones...
A.B.I.
...perfecto debemos sentir sin clasificar, el tiempo nos ordena y devuelve los sentimientos y emociones en una abstracta medida... pero olvidar?... ¡olvidar nunca!... y si no, vitriol para el lobo y que se muera de pena...
ResponderEliminarbeso, besos, colombina con alas...
jaajaja es verdad eso, lobo, tiene razón.
ResponderEliminareste es el tan mentado mar de lágrimas!!!
ResponderEliminarun beso
Muchas gracias, Claudio, te visito ahora mismo, espero sigas entrando a mis habitaciones. Un abrazo.
ResponderEliminarMi estimado sonoio: navegaremos mares de lágrimas si de no olvidar se trata... Y con los Berlusconis, vitriol si fuera necesario. Un beso alado.
ResponderEliminarPase a saludarla a estas, sus sagradas habitaciones, regresando un poco, quedandome otro... la dualidad querida madre... pero ya se me pasará.
ResponderEliminarMuchos besos