viernes, 30 de enero de 2009

Y hay un solo sabor a fruta madura.


Por Julio, a quien queremos tanto, aprendi que tocar una boca es una tarea perturbadora y metamórfica. Puede ser un juego cotidiano no excento de peligros y tentaciones, un procedimiento que exige que el tiempo mire para otro lado, que nos deja a solas, y el espacio realice sus artilugios de mago novato, estrechandose como un acordeón troilesco, hasta que los dos seres besantes, logren cometer el 'tristecidio' afanosamente buscado, matando a su tristeza con un vuelo de alta nube: escuche y vea.

2 comentarios:

  1. El "tristecidio"...Sí que le queremos,sí,a cualquier lado del charco le queremos tanto...
    Se permiten abrazos. Te mando uno fuerte.

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  2. Le envío uno vía vuelo emplumado, que sobrevuele el charco y llegue adonde sea.

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