lunes, 12 de enero de 2009

Las alas de un entrerriano

NO TE DETENGAS ALMA SOBRE EL BORDE
de esta armonía que ya no es sólo de aguas, de islas y de orillas.

¿De qué música?¿Temes alma que sólo la mirada haga temblar los hilos tan delgados que la sostienen sobre el tiempo ahora, en este minuto, en que la luz de la prima tarde ha olvidado sus alas en el amor del momento
o en el amor de sus propias dormidas criaturas:las aguas, las orillas, las islas, las barrancas de humo?

¿O es que temes, alma, su silencio, o acaso tu silencio?
Serénate, alma mía, y entra como la luz olvidada, hasta cuándo?
en este canto tenue, tenuísimo, perfecto.

(De El aire conmovido, 1949 )


Siempre hay razones para reeditar esta poesía paradójica que, para imponer una ética de la armonía donde la levedad es uno de los ejes, se respalda en un trabajo "pesado" y obsesivo con la palabra.
Pero aquí hay más motivos aún: la publicación de Protosauce, libro hipotético reconstruido sobre un cuaderno borrador por amigos poetas que lo sobrevivieron (Alfredo Veiravé, Hugo Gola); también sendas secciones de poesía y prosas inéditas.
Y, desde ya, lo que conforma el núcleo de su obra, los trece libros que integraron la primera y mítica antología En el aura del sauce.

La Obra Completa respeta la pequeña tipografía con la que Juan Laurentino Ortiz visualizaba sus textos publicados (en verdad él fue su primer editor y jamás permitió que sus poemas se editaran en letra grande) y está rodeado de un corpus interpretativo que va de la empatía personal y literaria. Leamos:
No podemos entrar, Abril, en tu dicha translúcida.
Hay una sombra, Abril,la sombra de una inquietud,que nos deja en la orilla, en la orilla, temblando de tu dicha.'
Frag de Vicente Muleiro. Cultura y Sociedad.

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