sábado, 10 de enero de 2009

La ambición trabaja

Siglos anteriores al decir con alas, se pensaba en aves, insectos o vampiros. La gente andaba desangelada, como hoy anda, con candados en las vértebras dorsales y corsé en las costillas.
Las alas maniatadas apenas se movían en la noche clara, endurecida de fogonazos y alaridos, lucían coreáceas y puntiagudas.
Pero de poco les servía, entre aviones teledirigidos y bombas mal direccionadas.
Polvillo del espacio astral se metía por sus fosas nasales y el vuelo se hacía mas penoso, mientras los auténticos desangelados que ya habían dado muerte a sus propios ángeles, proseguían la atroz misión de voraz consumo de tierra para su imperio, de energía para sus músculos de cuerpo acerado, de odio para su semilla, de paso para sus pies que no descansan...

3 comentarios:

  1. Bienvenida... Sabía que no nos abandonaría.
    Me encanta hasta donde llega con sus alas. Yo todavía estoy en el trapecio.
    Un beso, la quierooooo jijijiji :))

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  2. El trapecio, que lugar tan emblemático para entrenar las alas. Usted es un ser hiper-alado, la intuía en su amnesis y su mimesis. jeejje. Bienvenida a mi nueva casita sin techo, por razones obvias.

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  3. Me intuía por que soy ecolálica y verborreica jejejeje
    Me encanta su nueva casa... ya le encontraremos un techo!
    Muaaa

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