domingo, 18 de enero de 2009

CITEREA

Oh, Ella
la bienevocada,
la de la furia y el arrepentimiento.
la ramera de dulzuras.
las mas bella de todas las soledades
Oh, Citerea:la diosa,
me lastima la dulzura,
me lastima cada resurrección, cada placer.
la desnuda, la quieta, la incesante,
la que despierta debilidad de amor,
la sofocada, la sedienta:solo por sentir,
la de infinito lecho e infinito recuerdo
amada con furia, y sin embargo, intacta,
la efímeramente sacudida y sin embargo eterna
como la espuma del mar,
la diosa de los muslos,
la diosa de la respiración
Oh, mi tenacidad, mi consciencia.

La diosa de los dioses
la puta
Citerea, oh, Ella.
no ves que la danza me hiere la carne, los ojos, el pensamiento?
Aturdido, lleno de placer,
como una flor que apenas el viento roba
despierto nuevamente ajeno a tu permanencia.
Oh, Citerea, Citerea,
cuán dulce locura me despedaza y me hiere de palabras, la carne.
el desvanecimiento en que caigo y me duelo,
a solas en el contacto,
en la fatiga de ser yo,
diosa... cuán dolorosamente danzas en mi alma
despintando su suelo con tus pies desnudos,
cruel como el alba,
como el sueño en que me hundo,
oh, tú, la de dulce mención,
la dulcemente hallada,
la pura,
la que al desnudarse
con la mirada se viste.

Oh, Citerea.
Oh, Ella.
CARLOS MONTEMAYOR.


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